El agua tibia, combinada con los ejercicios suaves, relajan al bebé y estimula su apetito, por lo que comen y duermen mejor después de nadar.
Saber nadar puede favorecer la socialización y la solidaridad; tener nociones de salvamento y poder ayudar en una situación real es un valor agregado en el aprendizaje.
La natación utiliza la mayoría de los grupos musculares y es un exigente ejercicio físico que ayuda a mantener el corazón y los pulmones saludables. Nadar también ayuda a mantener flexibles las articulaciones, especialmente el cuello, los hombros, y la pelvis.
Además de un excelente ejercicio cardiovascular, la natación aumenta la fuerza, la resistencia y la flexibilidad . Menos estrés en el cuerpo. El agua soporta hasta el 90 por ciento del peso corporal, lo que ejerce menos tensión sobre los músculos y las articulaciones. Si sufre lesiones previas o artritis, puede evitar más lesiones y dolor.